

For what great nation is there that has gods so close to it as the Lord, our God, is to us whenever we call upon him? (Deuteronomy 4:7)Our God is ALWAYS with us and we can ALWAYS call upon Him. He can grant us peace of mind when no one and nothing else can. That is what we can learn from this. We can learn that when it comes down to it, the ONLY thing that matters is our relationship with God, because we are never assured of a tomorrow. But in the midst of this, while we still have breath within us, we have been given a great gift: the opportunity to spend more quality time with our families. Let’s bust out those board games, dust off those books we’ve been wanting to read for years now, pump up those bicycle tires and get some good old vitamin D. Let’s have deep and heartfelt conversations with loved ones. Let’s laugh like we never have before. Let’s do our spring cleaning together this year. Let’s watch the televised Mass and pray the Rosary as a family. Let’s not forget that what will carry us through this is prayer. At my house this past weekend we pulled out a large pad of MadLibs. (Remember those?) My 7-year-old and I were laughing out loud (for real), enjoying the silliness of sentences that made no sense. We imagined what a giraffe’s long “armpit” looked like (instead of neck), and what it would be like to come home to a “smelly” house (instead of a cozy one). We played soccer outside and built castles with magnet toys inside. We made homemade lemonade and chocolate cake. We finally had time to work on potty-training my 3-year-old and saved numerous diapers. There is always a positive side to the coin if only we look for it. No matter how our situation may change or how much our world appears to turn upside-down, may we never cease to exclaim: “Praise the Lord, Jerusalem!” (insert here: USA)
Bendiciones inesperadas
Todos están ansiosos, nerviosos, incluso frenéticos. Todos están preocupados por lo que va a pasar. Todos se preguntan cuál va a ser la próxima cosa que se cancele o cuál será el próximo lugar que se cierre. No hay eventos deportivos y los restaurantes están cerrados. Como dijo un compañero de trabajo, "¿De qué hablamos?" Por favor, no hables de ESO. Estoy tan cansada de escucharlo, leerlo y mirarlo. Basta que tenga que preocuparme en dar de comer a mi familia de seis personas porque no sé si habrá comida suficiente. Así que, en lugar de unirme a la histeria y el pánico, mi misión personal es compartir la positividad. ¿Qué nos puede enseñar nuestra situación actual? ¿Cuáles oportunidades nos permite? ¿Qué podemos hacer que normalmente no podríamos hacer? ¿Qué cosas podemos hacer con el tiempo libre que normalmente no tenemos? ¿Cuáles cosas NO han cambiado? Ante todo, nuestro gran Dios no ha cambiado. "Porque, ¿cuál otra nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos como lo está nuestro Dios, siempre que lo invocamos?" (Deuteronomio 4,7) Nuestro Dios SIEMPRE está con nosotros y SIEMPRE podemos invocarlo. Él puede garantizarnos la tranquilidad cuando nadie ni nada más puede hacerlo. Eso es lo que podemos aprender de todo esto. Podemos aprender que al final del día, lo ÚNICO que importa es nuestra relación con Dios, porque nunca estamos asegurados de una mañana. Pero en medio de todo esto, mientras todavía tengamos la dicha de respirar, ha aparecido un gran regalo: la oportunidad de pasar más tiempo de calidad con nuestras familias. Vamos a sacar los juegos de mesa, sacudir los libros que hemos querido leer durante años, inflar las llantas de las bicicletas y tomar un poco de sol. Vamos a tener unas conversaciones profundas y sinceras con nuestros seres queridos. Vamos a reírnos como locos. Vamos a hacer la limpieza de primavera todos juntos este año. Vamos a ver la misa por televisión y rezar el rosario en familia. No olvidemos que lo que nos va a ayudar a sobrevivir todo esto es la oración. En mi casa el pasado fin de semana sacamos una libreta gruesa de los MadLibs. (¿Te acuerdas de esos?) Mi hijo de 7 años y yo nos reíamos a carcajadas, disfrutando de la tontería de las oraciones que no tenían sentido. Nos imaginamos cómo sería la larga "axila" de una jirafa (en lugar de largo cuello), y cómo sería volver a una casa "apestosa" (en lugar de una casa acogedora). Jugamos soccer afuera y construimos castillos con juguetes magnéticos adentro. Hicimos limonada fresca y pastel de chocolate casera. Por fin hubo tiempo de entrenar a mi hijo de 3 años para ir al baño y ahorramos bastantes pañales. Siempre hay un lado positivo a todo si tan solo lo buscamos. No importa cómo cambie nuestra situación o si parece que nuestro mundo se ha vuelto boca abajo, que nunca dejemos de exclamar: "¡Alabado sea el Señor, Jerusalén!" (sustituye aquí: USA).Copyright 2020 Tami Urcia
About the Author

Tami Urcia
Tami is a Western Michigander who spent early adulthood as a missionary in Mexico, studying theology and philosophy, then worked and traveled extensively before finishing her bachelor’s degree in Western Kentucky. She loves finding fun ways to keep her five kiddos occupied and quiet conversation with the hubby. Tami works at Diocesan and does Spanish/English translations and guest blogs.
Comments